Palabras en Cuaresma

Al dolor le cuesta superar la ley de la gravedad. En cambio, el júbilo tiende a elevarse. No me ha dejado nunca de sorprender el hecho de que una palabra como pesar remita a pesadumbreapesadumbrarpesaroso… todas ellas con una carga plúmbea sobre sus espaldas; y, por el contrario, alegría suena a ligerezaligeroaligerar… 

Nos hundimos, estamos sumidos en la tristeza, suele decir la gente, incapaz como es este sustantivo de levantar, a pesar de las dos grúas que forman sus tes, todo el lastre de sus letras. Sucumbimos a ella, nos vence, nos inunda. Llega a ser honda,profunda. Todas sus combinaciones remiten, pues, al pozo, al abismo. 

Por el contrario, brincamos o saltamos de alegría, nos hace estar exultantes y porque rezuma se puede estar rebosante de ella hasta reventar. Su liviandad permite que se desate, se destape, estalle irradie. Sube, por tanto, el éter. Todas las acciones joviales nos mueven a romper con la fuerza gravitacional que nos mantiene pegados al suelo.

Son nuestras creencias las propias de una religión que busca la alegría más que la tristeza, a pesar de que suele dibujarse este tiempo que ahora vivimos como aciago, lúgubre y oscuro. Triunfa el negro, color pesado, sobre el ingrávido blanco, cuando la misma primavera en el mundo se manifiesta, sublime, de modo contrario.

Así que, si pensamos que lo que hacemos los cristianos es emprender un viaje a las alturas, ¿cómo podemos seguir pensando de este modo?